El jamón ibérico fue y sigue siendo uno de los productos alimentarios más apreciados en los hogares por su calidad, por su sabor y por las numerosas características que lo convierten en el producto estrella de muchas mesas andaluzas, sobre todo en fechas señaladas.
Pero no es sólo su sabor: el jamón trae aparejados otros beneficios, entre los que se encuentra la reducción del desempleo en la Sierra de Huelva.
La industria jamonera se enmarca como el principal reclamo laboral para los onubenses de la sierra, sobre todo entre los meses de noviembre y marzo de cada año, cuando el paro disminuye hasta 15 puntos, pasando del 17% al 2%, una cifra mínima y mucho más en la situación actual.
31 municipios de la Sierra de Huelva, 1.500 dehesas y 40 empresas registradas dentro de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Jamón de Huelva, logran que gran parte de la población se vea inmersa cada año en este quehacer tan valorado. No sólo las empresas dedicadas a la elaboración del jamón, sino que también las empresas turísticas, acogen un altísimo porcentaje de la población activa.
El sabor único del jamón ibérico en el paladar es posible gracias a los procesos de elaboración y, sobre todo, al ecosistema en el que habitan y se crían los animales. La dehesa onubense, con sus amplios espacios naturales, permite que el cerdo se alimente de forma natural y libre, pues cada animal posee una media de dos hectáreas.
El proceso artesano que se lleva a cabo en los secaderos, gracias al clima de la sierra y la maduración en las bodegas, es el compendio que permite la consecución de un producto de alta calidad. Jamones Lazo, además, posee el único secadero de madera que se conserva en la actualidad, actuando la madera como regulador constante y consiguiendo resultados excepcionales.
La implicación de las empresas del jamón de la Sierra de Huelva lleva a que se logre una media de 100.000 piezas certificadas anuales, mientras que los porcentajes de exportación de jamones al extranjero se sitúan en torno a un 10%, destacando los países de Europa, Estados Unidos y Japón, situándose Francia como el primer país importador.
El Jamón ibérico, a pesar de las amenazas de la Organización Mundial de la Salud sobre la carne procesada, no sólo no supone en sí mismo una amenaza, sino que este producto es perfectamente asumido por el cuerpo humano, obviamente, incluido en una dieta equilibrada y sana.
El jamón ibérico, además, no contiene aditivos ni productos químicos y su elaboración absolutamente artesanal, además de convertirlo en un producto exquisito, lo hace al mismo tiempo, un alimento sano para los consumidores. En suma, lejos de disminuir su consumo, por el contrario, las ventas aumentaron en un 15% el pasado año.
El jamón ibérico sigue siendo un referente en el mundo de la alimentación y los productos artesanales, y las altas cifras de ocupación laboral gracias a su consumo revalidan, aún más si cabe, el valor global de este producto. Por eso, desde Jamones Lazo, te ofrecemos la mejor calidad del jamón, un producto especial y único en el mundo.
Buenas , contacten conmigo para una entrevista.
Gracias.