¿De dónde viene la costumbre de colgar los jamones?

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¿Alguna vez te has hecho esta pregunta? Seguro que sí. Muchas veces hemos entrado en un bar, restaurante, taberna, carnicería o  alguna bodega y hemos visto miles de jamones colgados. Hoy en Jamones Lazo, nuestra tienda de jamones de bellota ibéricos, te contamos cuál es el origen de colgar los jamones del techo y de dónde proviene esta práctica. ¡Estad atentos a estas curiosidades!

Pues bien, los motivos son sencillos. El jamón ibérico se cuelga para que la pieza se vaya secando hasta alcanzar su punto óptimo de humedad; es decir, para que la humedad del jamón vaya desapareciendo poco a poco y se elimine así el exceso de grasa. Por esta razón se les coloca una chorrera en la punta: una especie de «sombrerito» de plástico, también llamado paraguas, que se utiliza para recoger la grasa líquida que gotea del jamón. En más de una ocasión habréis escuchado la frase de “¡y un jamón con chorreras!”. ¡Aquí tienes la explicación!

Además, una vez colgados, los jamones ibéricos deben ser colocarlos en un lugar oscuro, seco y con buena ventilación, con el objetivo de poder alcanzar un nivel óptimo de humedad y la máxima calidad en su sabor.

Pero el origen de esta práctica no tuvo nada que ver con los motivos anteriores. El sentido de ello no solo es práctico sino también histórico. Para entender su origen hemos de remontarnos a la cultura de los siglos X y XIV, cuando en la Península Ibérica aún ni siquiera existían los estados de España y Portugal.

Era una época donde convivían cristianos y judíos y las persecuciones a la población judía eran continuas. Por este motivo, los cristianos comenzaron a colgar jamones y otros embutidos del cerdo ibérico en sus casas para que los inquisidores entendieran que no eran judíos, ya que como es bien sabido, estos no tienen permitido comer ningún producto que provenga de este animal, prohibido para ellos. Sin embargo, muchos judíos utilizaban esta práctica para hacerse pasar por cristianos y evitar así el acoso.

Tras la expulsión de los judíos en el siglo XV, aquellos que se quedaron tuvieron que convertirse al cristianismo, y una manera fácil para intentar convencer a la Inquisición de que ya eran conversos era utilizar carne de cerdo ibérico en todos sus platos, emplear la manteca del cerdo en vez de aceite para cocinar e incluso colgar algún que otro jamón en las puertas de sus casas. Se trataba de que sus casas desprendieran por todos los medios este olor. ¡Qué curioso!

A raíz de estas actuaciones, muchos establecimientos también se decidieron posteriormente por colgar jamones para dejar bien claro que aquellas personas que no consumían carne de cerdo ibérico no eran bienvenidas.

Esperamos que este post haya conseguido resolver la duda inicial que muchas personas tienen acerca de esta costumbre. Desde Jamones Lazo, nuestra tienda de jamones y embutidos ibéricos online,queremos que disfrutéis de los mejores jamones y embutidos ibéricos de los mejores cerdos ibéricos de la Sierra de Huelva. ¡Qué maravilla!

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