La denominación de origen protegida Jamón de Huelva es fruto de una serie de factores que contribuyen a la calidad de sus jamones ibéricos de bellota. Por ello, hoy en Jamones Lazo queremos desvelaros cuáles son esas condiciones que originan la exclusividad de este producto.
La DOP Jamón de Huelva, que recientemente ha añadido el apelativo de Jabugo, comprende a todos aquellos jamones ibéricos criados y elaborados en el entorno perteneciente a la Sierra de Aracena y los Picos de Aroche, a la cual pertenece Cortegana, el lugar donde se encuentra la fábrica de Jamones Lazo.
Unido al trabajo de los artesanos que aportan el toque diferencial en el proceso de curación del jamón, pasamos a detallar los factores clave que convierten al Jamón de Huelva en uno de los mayores símbolos de la marca España.
1. La temperatura
El clima que caracteriza a la provincia de Huelva y especialmente al entorno de la Sierra de Aracena y los Picos de Aroche se caracteriza especialmente por la moderación de las temperaturas, en un espectro que oscila entre los 20 grados durante el día y los 12 grados nocturnos.
De esta manera, los cerdos desarrollan su crecimiento en unas condiciones climáticas idóneas, sin necesidad de activar sus protecciones contra las temperaturas extremas y evitando en buena medida el estrés, un factor que repercutirá de manera decisiva en la calidad del producto final.
2. La actividad física
La comodidad en la que el animal se desenvuelve durante toda su maduración, fruto de las excelentes condiciones climáticas lo llevan a evitar la habitual vida sedentaria del cerdo ibérico. Esto deriva en la fortaleza de sus músculos, lo cual, a su vez, constituye un factor importante para la calidad de los jamones ibéricos de bellota.
La suave pendiente de las dehesas onubenses también contribuye a la aparición de este factor. El cerdo busca el alimento, escalando y descendiendo las colinas, sin que esto suponga el desencadenamiento del estrés, dada la sosegada inclinación de los lugares elegidos para la cría.
3. Las lluvias
La Sierra de Aracena y los Picos de Aroche reciben una importante, aunque no excesiva, cantidad de precipitaciones que benefician profundamente la montanera (entre noviembre y febrero), periodo durante el cual se produce el engorde natural del cerdo ibérico, aprovechando los alimentos nacidos en la dehesa.
El impacto de estas lluvias en el ecosistema del cerdo ibérico es muy trascendente, ya que incrementa sustancialmente la calidad de la bellota y de la hierba, puesto que ambos son parte indispensable de la alimentación de este animal.
Estas condiciones dan forma a un proceso de nutrición muy completo, pues de esta manera el cerdo recibe un aporte de proteínas extra sumado a las grasas, hidratos de carbono y minerales que les proporciona el consumo de bellota, en lo que será un factor decisivo a la hora de comprar jamón ibérico.
Los jamones ibéricos de bellota con denominación de origen protegida Jamón de Huelva son la base de Jamones Lazo, una empresa, donde los artesanos del ibérico cuidan al máximo el producto hasta conseguir un nivel óptimo de calidad.